El Reiki y las Plantas

Os cuento una de tantas experiencias con esta hermosa forma de dar amor que es el Reiki

Tengo un ficus benjamín que me regalaron hermoso y sano, lleno de hojas verdes y que al poco de estar en casa comenzó a tirar hojas a puñados, tanto es así que se quedo prácticamente pelado. Fui a una floristería y el vendedor me comentó que el ficus benjamín se adapta mal a los cambios de espacio y que le cuesta acostumbrarse a la proximidad de algunos otros tipos de plantas ¡si, ellos también perciben e interactúan energéticamente!  untitled3

Decidí darle Reiki, un día, y las poquitas hojas que le quedaban se quedaron en su lugar, su aspecto era lamentable pero al menos seguía vivo, continué así por varios días, y empezaron a aparecer brotes verdes, continué y los brotes se transformaron en hojas fuertes sin dejar de aparecer otros nuevos. Con el tiempo las ramas se orientaron hacía la ventana en el lado más próximo a ella, pero todas las demás lo hicieron justo hacía el lado contrario, es decir, hacia la camilla donde habitualmente se tumban las personas que reciben mis sesiones de esta u otras técnicas, ¿una planta que huye de la luz? No, simplemente aprovecha la energía que se mueve durante mi trabajo, de tal modo que, cada varias semanas, he de  girar la planta para que las ramas no rocen los pies de las personas a las que trato.

Además de, por supuesto, a personas y otros animales, he continuado dando reiki a otras plantas, como a mi cactus. Hubo un tiempo en que por motivos de espacio estuvo en un lugar un poco sombrío, sin luz solar directa. No crecía y tenía un aspecto de lo más penoso, como si le hubieran sacado la vida con una jeringa, con un color pálido y desanimado. Mi pareja me decía que lo tirase que estaba muerto. Estuve dándole Reiki unas semanas y recobró vigor y a día de hoy está hermoso y no cesa de crecer, dentro de nada hará los 20 años conmigo. Llama la atención de todas las personas que me visitan.

Los cactus como todos los seres vivos son y necesitan de la energía para vivir y el Reiki es un regalo muy preciado, una muestra de amor y respeto para un reino al que estamos tan estrechamente unidos que nos regala literalmente la vida, el vegetal, ya que es imprescindible para nuestra supervivencia, que por otro lado, no es imprescindible para la suya, recordémoslo, así que ¿qué tal si les agradecemos su protección y alimento regalando unos minutos de amoroso Reiki a nuestras plantas? Son inmensamente agradecidos recibiéndola y sus efectos son notorios.

Cuidemos nuestros bosques, las plantas de las que nos alimentamos y obtenemos el aire que respiramos, cuidemos las semillas pues contienen la memoria de la Creación, como sabiamente proclama Roy Littlesun, el último guardián de la sabiduría hopi. Cuidemos, cultivemos y amemos la integridad de las plantas, y por lo tanto de la Tierra, cultivando de forma natural, sin químicos ni manipulación genética, ¡hagamos un huerto ecológico en nuestra terraza!, cuidemos y respetemos el trabajo evolutivo que llevan haciendo millones de años, lo que hagamos por ellas, lo hacemos por nosotros.  Conectémonos a la Madre Tierra. ¡Demos Reiki!

 

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